Inteligencia humana frente a IA
Se mire donde se mire, en todas partes se habla de y sobre la IA (inteligencia artificial). Apenas hay un ámbito de la vida en el que diferentes sistemas de IA/AI de distintas empresas estén haciendo incursiones. Para el público en general, todo empezó en otoño de 2022 con el lanzamiento de ChatGPT y la posibilidad de utilizarlo libremente. La inteligencia artificial se utiliza ahora para publicitar todo tipo de aparatos, desde teléfonos móviles y sistemas de entretenimiento para automóviles hasta robots aspiradores. La integración de la IA tiene mucho sentido para algunos dispositivos. Pero el auge de la inteligencia artificial ha llegado a una fase en la que sirve principalmente a fines publicitarios. Sin acceso a amplias bases de datos, que pueden tener un tamaño de varios gigabytes o incluso terabytes, ninguna IA puede trabajar realmente con eficacia. Por tanto, muchos sistemas de IA no son verdaderos sistemas de IA, sino meras aplicaciones programadas convencionalmente que sólo llevan la etiqueta de «IA». El sector inmobiliario también se está subiendo al carro de la IA e intenta ganar puntos con ella en diversos ámbitos y atraer la atención de los clientes. Hay agencias inmobiliarias y empresas del sector inmobiliario que ya utilizan la ayuda de la IA para ofrecer a los clientes la propiedad adecuada, entre otras cosas. Estos sistemas de IA prometen saber exactamente lo que quieren los buscadores basándose en sus respuestas a una serie de preguntas. Pero, ¿es eso posible? En teoría, la respuesta es «sí», pero en la práctica es difícil que la IA encuentre el ajuste adecuado. ¿Por qué? En pocas palabras, la IA carece de «inteligencia humana» (IH). Además de los factores clásicos, como el tamaño, el número de habitaciones o las vistas, en la compra de un inmueble intervienen muchos otros factores que la IA no puede captar. Son las emociones y los deseos los que desempeñan un papel directo o indirecto en el proceso de toma de decisiones de un posible comprador. Todo el mundo conoce esta sensación: entras en una propiedad por primera vez y te gusta o te disgusta, sin saber exactamente por qué. «HI» sigue siendo la clave del asesoramiento y la preparación para las visitas a propiedades. Los agentes inmobiliarios deben empatizar con sus clientes, comprenderlos y responder a sus deseos y emociones. El nivel interpersonal suele ser el factor decisivo y no un enfoque puramente matemático, como el que utiliza la IA. En pura vida estate, nos gusta utilizar la IA para optimizar nuestros procesos internos, pero confiamos exclusivamente en nuestra «Inteligencia Humana» (IH) para la atención al cliente, y seguiremos haciéndolo en el futuro.